¿Cuánto tiene que medir un cabecero para una cama de 150?

Imagina que estás en medio de redecorar tu dormitorio. Has comprado una cama ancha de 150 cm y tienes claro que quieres un cabecero que le de presencia, comodidad y estilo. Pero, ¿de cuántos centímetros debe ser ese cabecero? ¿Debe ser exactamente igual al ancho de la cama? ¿O es mejor que sobresalga unos centímetros? ¿Y cuánto de alto? En este artículo te voy a responder eso —y mucho más— de forma sencilla, práctica y con todos los datos que necesitas para elegir el cabecero para cama de 150 cm.
Te adelanto la respuesta clave: no existe una medida única “perfecta”, pero sí unas recomendaciones muy fiables que combinan estética, funcionalidad y proporción. Si te quedas hasta el final, tendrás criterio seguro para decidir tu cabecero con confianza.
Qué significa “una cama de 150”
Antes de hablar de cabeceros, conviene tener claro a qué nos referimos cuando hablamos de una cama de 150. En España, las camas de matrimonio suelen tener anchuras estándar como 135 cm, 140 cm, 150 cm, 160 cm y 180 cm.
Por tanto, una cama de 150 cm es una cama de matrimonio “estándar”, bastante común en muchos hogares. Esa anchura de 150 cm es el ancho interior útil en el que colocas el colchón o somier, sin contar posibles bastidores, cabeceros, estructura extra, bordes o cabeceras que sobresalgan.
Cuando diseñamos o compramos un cabecero de cama, esa medida de 150 cm es el punto de partida al que añadiremos márgenes o ajustes en función de estilo, espacio y proporción.
Así que cuando hablamos de “una cama de 150”, estamos hablando de un colchón/somier de 150 cm de ancho, y el cabecero debe adaptarse a ello.
Reglas generales para definir la medida de un cabecero para cama de 150
No hay una única medida “correcta”, pero sí principios que ayudan a acertar:
Ancho: entre igual al colchón y +10-15 cm por lado
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Lo más básico: el cabecero debe ser como mínimo tan ancho como el colchón, es decir 150 cm. No es bueno que sea más estrecho, porque visualmente quedará pequeño o desalineado con la cama.
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Sin embargo, lo habitual y más estético es que el cabecero sobresalga unos centímetros a cada lado. Muchos fabricantes y decoradores aconsejan que el cabecero tenga entre 10 y 15 cm más por cada lateral. Es decir, un cabecero de 170 cm a 180 cm de ancho podría quedar muy equilibrado.
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En muchos catálogos verás que para camas de 150 cm el cabecero suele tener 160 cm de ancho (es decir +5 cm por cada lado) como medida “intermedia”. Por ejemplo, un fabricante señala que para una cama de 150 cm la medida ideal del cabecero es 160 cm.
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También es común encontrar en tiendas cabeceros de ancho 161 cm para camas de 150 cm, lo cual ya garantiza un pequeño margen de visibilidad lateral.
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Algunos fabricantes en España ofrecen cabeceros de 160/165/170/180 cm para camas de 150, precisamente para permitir ese “sobresalto” lateral que aporta una estética más generosa.
Por tanto, como regla general:
Ancho recomendado del cabecero = ancho del colchón/somier + 10 a 15 cm por lado
Para cama de 150 cm, eso da un rango de 170 a 180 cm, aunque también son habituales medidas más ajustadas de 155 a 165 cm.
Alto: equilibrio con la cama y la pared
El ancho es primordial, pero el alto del cabecero también importa mucho para que el conjunto se vea bien proporcionado. Estas reglas son las más comunes:
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Un cabecero demasiado bajo se verá “corto” y sin presencia. Si lees en la cama, puede que no ofrezca un buen respaldo.
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Un cabecero muy alto puede abrumar la pared o chocar visualmente con elementos arquitectónicos (ventanas, molduras).
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En general, lo habitual en cabeceros se mueve entre 80 cm y 120 cm de altura, dependiendo de estilo, techo y distribución.
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Muchos cabeceros tapizados o modernos rondan los 100 cm de alto para camas de matrimonio.
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En los catálogos verás modelos con 120 cm (por ejemplo, 120,5 cm de alto en un cabecero de 161 cm para cama de 150)
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En algunos casos, incluso cabeceros de hasta 160 cm de altura, especialmente si incluyen elementos decorativos o iluminación.
En definitiva, el alto del cabecero debe elegirse pensando en el uso (respaldarse, apoyar cojines) y en la proporcionalidad visual entre cama, mesitas y pared.
Grosor / profundidad
No olvides este aspecto: el cabecero no puede ser un simple panel fino si lo vas a apoyar o fijar. Algunos puntos clave:
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Un grosor entre 3 y 8 cm suele ser adecuado para cabeceros tapizados o de madera.
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Si usas tela, acolchado o capitoné, el grosor puede subir: 7-10 cm es común.
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Si va adosado a pared, el grosor será menor; si va con patas o sobre base, puede tener más fondo.
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En catálogos para camas de 150, se ven cabeceros de fondo 8 cm con buena aceptación.
Cómo elegir la medida adecuada: preguntas que debes hacerte
Para decidir la medida de tu cabecero ideal, contesta estas preguntas:
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¿Qué estilo quieres?
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Si buscas un estilo minimalista, quizá prefieras que el cabecero apenas sobresalga (10–15 cm totales).
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Si quieres que destaque como foco principal de la habitación, apuesta por un cabecero más amplio, que abrace visualmente la cama.
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¿Qué espacio tienes disponible?
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Si la pared lateral es limitada, no conviene un cabecero demasiado grande que “choque” con muebles o puertas.
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En una habitación amplia, puedes permitirte un cabecero generoso de 180 cm sin que se vea excesivo.
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¿Vas a apoyarte en él y necesitas respaldo?
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Si sueles leer en la cama, un cabecero de al menos 100 cm de alto es aconsejable.
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Si lo usas más como elemento decorativo, puedes quedarte más bajo.
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¿Qué objetos o elementos acompañan la cama?
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Mesitas, lámparas, cuadros, estantes: asegúrate de que el cabecero no compita con ellos.
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Un cabecero más ancho puede unificar visualmente estos elementos laterales.
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¿Cómo se fijará el cabecero?
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Si va adosado a pared, quizá el grosor no sea determinante.
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Si va con patas, debe tener una estructura robusta, lo cual puede aumentar su fondo.
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Al responder estas preguntas con atención, tendrás una medida personalizada y no solo “genéricamente correcta”.
Comparativa de tamaños recomendados
Para ayudarte a visualizar, aquí tienes una tabla orientativa de medidas sugeridas para un cabecero para cama de 150 cm:
Opción | Ancho sugerido | Alto sugerido | Comentarios |
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Básico / discreto | 150 cm | 90–100 cm | Cabecero justo al ancho del colchón, óptimo si el espacio es reducido |
Moderado | 160 cm (5 cm más por lado) | 100–120 cm | Medida intermedia habitual y equilibrada |
Generoso | 170–180 cm | 110–120 cm | Proyección amplia para destacar como elemento central |
Decorativo / monumental | 180–200 cm | 120–140 cm | Útil si quieres que el cabecero abarque más pared y actúe como protagonista |
Ten en cuenta que estas medidas son orientativas, y lo ideal es adaptarlas según el espacio, diseño y funcionalidad que buscas.
Errores comunes al elegir la medida del cabecero (y cómo evitarlos)
Para que no cometas los deslices más frecuentes, aquí tienes los errores que más he visto y cómo esquivarlos:
Error 1: elegir un cabecero más estrecho que la cama
Un cabecero más estrecho que el colchón queda desbalanceado y da sensación de “falta”. No cometas eso: si el colchón es 150, el cabecero debe como mínimo tener 150 cm de ancho.
Error 2: cabecero demasiado ancho sin proporción
Poner un cabecero de 2 metros para una cama de 150 puede ser exagerado si la pared o el entorno no lo permiten. Un cabecero que sobresale demasiado puede “comerse” muebles laterales o parecer desproporcionado.
Error 3: altura inapropiada
Un cabecero demasiado bajo queda insignificante. Uno excesivamente alto puede chocar con ventanas, molduras o dar un efecto agobiante en techos bajos.
Error 4: olvidar el grosor
Si el cabecero es demasiado fino, no tendrá solidez al fijarlo. Si es demasiado grueso, puede “comer” espacio camino o interferir con enchufes, zócalos o marcos.
Error 5: no tener en cuenta el entorno decorativo
El cabecero no debe competir con lámparas, cuadros u otros elementos cercanos. Debe integrarse en la composición de la habitación.
Cómo medir correctamente para pedir o fabricar tu cabecero
Aquí tienes una guía paso a paso para obtener medidas exactas:
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Mide el ancho del colchón/somier (150 cm en tu caso). Asegúrate de medir bien del lado interior al interior, sin incluir posibles estructuras móviles.
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Decide cuánto “sobresalto lateral” quieres: 5, 10, 15 cm por lado. Suma eso al ancho.
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Mide la pared disponible: desde la cabecera hasta los laterales, para ver el máximo ancho posible sin saturar el espacio.
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Define la altura útil: desde el suelo hasta donde quieres que llegue el cabecero, teniendo en cuenta rodapiés, enchufes, ventanas u otros obstáculos.
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Si ya hay mesitas o objetos junto a la cama, comprueba si el cabecero va “por debajo” o por delante de ellos, y asegúrate de que no tape cosas importantes.
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Elige el grosor: en función del material (madera, tapizado, metal) y del método de fijación.
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Dibuja un esquema o boceto con las medidas anotadas y compáralo con fotos de cabeceros que te gusten para asegurar que la proporción visual te convence.
Con ese método obtendrás medidas reales y seguras para pedir un cabecero a medida o elegir uno prefabricado.
Cómo influye el estilo en la medida del cabecero
El estilo decorativo que elijas puede hacer que una medida te funcione mejor que otra. Veamos algunos ejemplos:
Estilo minimalista / moderno
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Líneas limpias, poca ornamentación. Un cabecero de ancho justo o ligeramente mayor funciona bien.
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Alturas moderadas (80–100 cm). No busques excesos visuales.
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Materiales planos, delgados, sin relieves excesivos.
Estilo clásico / romántico
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Se permite un cabecero más alto, con formas curvadas, molduras o capitoné.
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Las proporciones pueden ser más generosas: ancho amplio, altura moderada a alta.
Estilo rústico / natural
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Puedes jugar con madera de mayor grosor.
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Un cabecero más ancho que la cama refuerza la idea de “envolver” la cama.
Estilo contemporáneo / audaz
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Cabeceros gigantes que ocupan buena parte de la pared pueden funcionar si el espacio y el mobiliario lo permiten.
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Acompañado de iluminación, repisas, elementos decorativos.
En cada estilo, la “regla de medida” puede variarse para adaptarse a la estética, pero siempre respetando el equilibrio visual entre cama, cabecero y entorno.
Influencia del tamaño de la habitación y la altura del techo
El espacio disponible es clave: un cabecero ideal en una habitación pequeña puede no funcionar en una grande, y viceversa.
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En habitaciones con techo bajo, evita cabeceros muy altos para no empequeñecer el espacio.
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En dormitorios amplios, puedes permitir cabeceros más generosos, incluso ocupar parte de la pared lateralmente para integrarse mejor.
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Si la cama no está centrada en la pared, considera un cabecero que ayude a centrar visualmente.
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Si en la pared hay elementos (radiador, ventanas, molduras), asegúrate de que el cabecero no choque con ellos ni tape detalles arquitectónicos
Materiales y cómo afectan a las medidas
El material del cabecero también condiciona su medida y comportamiento:
Madera maciza o tablero
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Buena rigidez; puedes permitirse grosores mayores.
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Si es muy fino, puede deformarse con el tiempo.
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El peso aumenta con anchura, así que para cabeceros muy anchos conviene reforzar.
Tapizado / acolchado / capitoné
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Permite un grosor blando mayor (7-10 cm o más), lo que implica más volumen.
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Es importante que el respaldo sea cómodo, así que un poco de profundidad añade confort.
Metal / hierro forjado
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Normalmente estructura delgada pero resistente.
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El grosor suele ser menor, pero el diseño puede ser abierto (rejillas, barrotes) y no necesita gran volumen.
Combinado (madera + tela)
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Puedes lograr un cabecero con estructura rígida y remate estético suave.
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El grosor variará según el relleno y tapizado.
Cada material impone límites de viabilidad: por ejemplo, un cabecero de 180 cm de ancho tapizado con muchos centímetros de grosor puede resultar muy pesado o voluminoso.
Ventajas de elegir bien la medida del cabecero
Una elección bien pensada te aporta:
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Equilibrio visual: la cama parece integrada y no “flotante”.
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Comodidad: si lo usas como respaldo, un cabecero con altura y grosor adecuados es más útil.
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Aprovechamiento del espacio: evitarás excesos o cabeceros que limiten paso o rocen otros muebles.
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Estética coherente: un cabecero bien dimensionado eleva el estilo del dormitorio.
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Facilidad de ensamblaje: si el cabecero no es demasiado grande o pesado, será más manejable instalarlo.
Resumen de recomendaciones para cabecero de cama de 150
Para que no se te escape nada, estos son los puntos clave a recordar:
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El cabecero debe tener como mínimo 150 cm de ancho, idealmente +5-15 cm por lado (160–180 cm).
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En muchos mercados ya se considera habitual para cama de 150 un cabecero de 160–165 cm.
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La altura habitual está entre 90 y 120 cm, adaptándola al estilo y al uso.
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El grosor dependerá del material, entre 3 y 10 cm es una horquilla razonable.
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No olvides medir la pared disponible, muebles cercanos y altura de techo.
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El estilo decorativo puede modificar los márgenes en que te mueves.
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Dibuja un esquema con las medidas antes de decidir o comprar.
Si usas estas directrices, estarás muy cerca de acertar con la medida de un cabecero que combine funcionalidad y belleza.
Conclusión
Elegir la medida del cabecero de cama para una cama de 150 cm no es un misterio, pero sí requiere cierta reflexión. No basta con elegir uno que “parezca bien”: es importante que esté bien dimensionado en ancho, alto y grosor para que armonice con la cama, la pared y el entorno.
Las recomendaciones más útiles:
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El cabecero debe tener como mínimo el mismo ancho que el colchón (150 cm), y lo ideal es que sobresalga entre 5 y 15 cm por lado (ancho de 160 a 180 cm).
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La altura debe elegirse entre 90 y 120 cm, adaptándose según el estilo y el espacio disponible.
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El grosor debe responder al material y método de fijación.
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Siempre mide el entorno: paredes, muebles cercanos, altura de techo y obstáculos arquitectónicos.
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Piensa en el estilo y uso: si el cabecero es parte del diseño principal o simplemente un respaldo funcional.
Con estas pautas podrás elegir un cabecero perfectamente proporcionado para una cama de 150 cm que aporte comodidad, estética y buena presencia.
Preguntas frecuentes (FAQs)
1. ¿Puede un cabecero de 150 cm servir para cama de 160 cm?
Depende. Un cabecero de 150 cm para una cama de 160 cm quedará estrecho y no cubrirá bien los lados. No es lo ideal. Si la diferencia es pequeña, puede utilizable, pero visualmente perderás armonía.
2. ¿Es mejor que el cabecero sobresalga lateralmente o que se quede justo al borde?
Sobresalir unos centímetros lateralmente da una impresión más elegante y envolvente. Quedarte justo al borde es aceptable si no tienes espacio extra lateral, pero visualmente será más discreto.
3. ¿Qué altura mínima debe tener un cabecero si voy a apoyar la espalda?
Para apoyo cómodo, se recomienda una altura de al menos 90–100 cm, idealmente unos 110–120 cm para asegurar respaldo suficiente.
4. ¿Es necesario que el cabecero tenga el mismo ancho que las mesitas de noche?
No es obligatorio. Lo importante es que no choque visualmente con ellas. Muchas veces el cabecero sobresale y las mesitas quedan “por dentro” o al frente del cabecero.
5. ¿Puedo fabricar un cabecero extra ancho, tipo mural, para una cama de 150?
Sí, siempre que el espacio lo permita. Un cabecero tipo mural de 180–200 cm puede integrarse como elemento decorativo principal. Solo asegúrate de que no abrume la habitación y que la estructura sea robusta.
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